Torralbo, el último de los Ratones

Escrito por Antonio Burgos

Lunes, 24 de noviembre de 2008

Era 1945 y era Domingo de Ramos. Llovió. La Amargura se quedó sin salir. El capataz Rafael Franco le apuntó el jornal a su cuadrilla y los mandó a su casa. Los citó el Lunes en la Vera Cruz. Y sacaron la Vera Cruz. Y el Martes sacaron La Candelaria. Y el Miércoles, Los Panaderos. Y cuando acababan de entrar el palio de la Virgen de Regla, Rafael citó a la cuadrilla para el día siguiente, a las 9 de la mañana, en San Pedro.
A las 9 de la mañana de un Jueves Santo. Y el costalero Manuel Torralbo, Triana pura, se atrevió a decirle:
—Rafael, ¿a las 9 de la mañana? ¿Es que vamos a barrer las calles?
No. Iban a sacar La Amargura, que como no había podido salir el Domingo, lo hacía el Jueves por la mañana, en aquella Semana Santa tan viva y vivida, tan poco reglamentada.
Pero sólo cuando, rotos y muertos de sueño, los peones ya estuvieron en San Pedro les dijo Franco que iban a sacar La Amargura. La pasearon por la mañana antigua de mantillas. Entraron a las 4 de la tarde. Y Rafael les dijo:
—Pues ahora nos vamos a Montensión.

—¿Sin almorzar?

—Ya os darán allí un bocadillo.

Y sacaron Montensión. Y entraron el palio del Rosario a la 1 de la madrugada del Viernes. Y les dijo el capataz:
—Ea, ahora nos vamos para el Gran Poder. Y cuidaíto con lo que se habla, que a nadie se le ocurra decir que ustedes eran los de esta mañana en La Amargura.

Y sacaron El Gran Poder. Y una vez dentro el palio de Mayor Dolor y Traspaso, se echaron a dormir por los portales, porque a las 4 tenían que sacar La Carretería, donde Rafael igualaba a sus Ratones de palio en el barco, para que saliera mejor por aquella puerta. Cuando entró La Carretería, la misma cuadrilla de Rafael Franco había sacado cuatro cofradías en menos de 40 horas. ¡Y sin relevos ni costaleros de refresco!
¿Cómo podía obrarse aquel milagro? Gracias a unos artistas así de chiquetitos que tenía Rafael Franco de peones: Los Ratones. La cuadrilla de palio de más baja estatura que nunca hubo. Así trabajaba con tanta gracia y casta. Cómo sería de bajita, que cuando le pidió trabajo a Franco tras la muerte de Angelillo, a Romerito el Figura, que iba en la última de palio en la cuadrilla de la Puerta Osario, lo igualó en la primera de Los Ratones. Y a El Boli, que iba en la última con Ariza, también lo igualó en esa primera de ensueño, con Manolín Barroso, con Juan Cruz, con Valentín Murcia y con Eduardo Vargas, a quien algunos proclaman verdadero creador de la voz de «Al Cielo con Ella».
En esa cuadrilla de seda y sándalo, en esos míticos Ratones, iba igualado el arte de Manuel Torralbo Rodríguez, costalero de Triana. De costero. Le gustaba llevar el faldón recogido, para que se viera que iba trabajando de verdad, sin aliviarse. Como todos aquellos grandes artistas. Como esa última de leyenda, con Antoñito, Vinagre y Barrera. Como todo el cuadrante que aún recuerdan los tinglados del muelle y las saetas de los balcones: Castillo, Boza, Cuenca, Pavía, Gracia, León, Manzano, Vega, Trigo, Acosta, Oliva, Domínguez, Reyes, Ojeda, Silva, Albarrán, El Loco...
Rafael Franco, con su terno negro y su señorío, se nos fue hace ya el tiempo que proclama un azulejo con su nombre en la esquina del Palquillo. El único capataz que durante cuatro Madrugadas sacó al mismo tiempo el Gran Poder y la Macarena. Por la rampa de la salida de una capilla, los peones de Los Ratones, la mejor cuadrilla de palio que nunca hubo, se nos fueron yendo, uno tras otro, de la corrida de la vida.
De Los Ratones sólo vive ya Manuel Torralbo. Aquellos alados pies con alpargatas hace ya años que no pueden andar. Aquella cintura que acariciaba el bamboleo de las caídas de palio va ahora en una silla de ruedas. Hasta Triana quiero que le llegue hoy, Torralbo, el homenaje del recuerdo a tanta perfección en el trabajo. Yo sé que cuando Torralbo va con su silla de ruedas, desde los martillos del cielo se oye la voz de terno negro de su capataz Rafael Franco, que le sigue diciendo, como mandaba las levantás a pulso:

—¡Que no se vea subir!

Yo sí veo ahora subir, Torralbo, la vieja casta del peón trianero de la cuadrilla de Los Ratones.

¡Óle ahí la gente güena!

Espina de Dios

Preciosa instantanea la que nos trae esta vez nuestro colaborador Luis Zacarías, el Cristo de la Espina, a su paso por la Plazuela de la Soledad, pasando delante de la Ermita de nuestra Patrona.
Luce una preciosa túnica lisa de color burdeos, bajo mi punto de vista, le sienta estupendamente al Señor, preciosa.

Fotografías: Luis Zacarías Paredes

El Ángel

Esta imágen pertenece al Ángel que posee la Hermandad de la Oración en el Huerto, y que procesiona en la tarde-noche del Lunes Santo con dicha Hermandad.

Esta imagen sustituyó a la anterior no hace muchos años.

Fotografías: PULSO_ALIVIAO

La Piedad

Fotografía: Luis Zacarías Paredes

Protección para el Señor

Paz

El Cristo de la Paz, en un Quinario o un Triduo en su honor, esta foto puede ser mas o menos del año 1980 ó 1981.

Esta foto es anterior a su restauración, y podemos obsevar como símbolos más evidentes de como era su anterior aspecto, su Paño de Pureza, de color blanco y ahora, después de la restauración tomó su color originario, el dorado. También podemos observar su anterior Cruz.

Gran obra de arte y de devoción la que poseé la Cofradía de San Roque, que supo recuperarla y reponerla al culto de los sótanos de la Iglesia de la Concepción. Gran trabajo el que realizaron los miembros de San Roque hace bastantes años, entre los que se encontraba el imaginero Santiago Arolo.

Fotografía: Alamares

La Centuria Macarena

Villanueva Trakatra

Una de las mejores sagas de Capataces de Sevilla, los Villanuevas, pedazos de Capataces, todo empezó cuando Antonio Villanueva comenzó a trabajar las Cofradías con el Francés, hoy, Antonio tristemente no se encuentra entre nosotros.
Esta gente es lo mejorcito en los martillos de Sevilla, han sabido aunar lo bueno de los Costaleros profesionales, con lo bueno de los Hermanos Costaleros, siguen mandando tradicional y sus pasos son un canón de belleza al andar, siempre de frente y adecuadendose al estilo de cada Cofradía que trabajan.
De izquierda a derecha: Antonio Villanueva (hijo de Manuel), Manuel Villanueva, Carlos Villanueva y Carlos Villanueva Jr (hijo de Carlos).
Seguro que estos dos jóvenes capataces llegan tan alto como sus padres y abuelo, aunque ya apuntan y están bastante alto.

Saboreadlos

Con el comienzo de los primeros fríos del Otoño, muchos hemos empezado nuestra particular precuaresma.
Sí, han leido bien, nuestra precuaresma, por que a numerosos cofrades, no nos abandona ni en los calurosos días del Verano esta fiebre por la Semana Santa, sinó que se nos acrecenta más, creo y según cuentan debido a las altas temperaturas.
Y sí, precuaresma, aunque en realidad quedan muchos días para ella, por que antes, tiene que nacer nuestro Mesías, entre un nuevo año, vengan los Reyes cargaditos de regalos; además de los carnavales, que para muchos de nuestros dirigentes locales, parecen mas sagrados que nuestra Semana Mayor, debido y observado la promoción que se le dá a una, u otra fiesta, después querrán declarar nuestra Semana Santa de Interés Turístico Nacional, así nos luce el pelo en esta ciudad.
Nosotros estamos ya en precuaresma, ya vuelven las tertulias de amigos, esas entrañables e inolvidables tardes, que se demoran hasta bien entrada la noche, y no te acuerdas de que al día siguiente hay que trabajar, o estudiar.
La ilusión, las ganas, el amor y la afición de volver a meterte debajo de una parihuela de metal, a cargar con esas pesadas vigas, con ese frío, ese mal tiempo, a corregir errores, a solucionar como se puede hacer ese paso mejor, de como vestirán a tu Virgen, que adorno floral llevará tu Cristo...
De ver las bandas ensayar, echando todos los días todo lo que tienen, para que el día señalado salga de diez.
Por eso os pido que saboreeis todo esto, que si lo bueno está por llegar, esto y las verdaderas vísperas tienen su encanto, aunque no nos demos cuenta y estemos con esa tensa espera.
Por eso, por todo y por más, saboread esos momentos y compartirlos con la gente que al igual que a vosotros les gusta y ama esto.

Tres Caidas desde la cuna

Viva el arte de Triana

Los hombres del martillo

En esta entrada, se muestran algunos de los capataces más importantes de Sevilla, en ella figuran sagas muy antiguas y muy reconocidas en los martillos de Sevilla, como son los Ariza, Villanueva y Santiago.

Siempre andándole

Siempre andándole, elegante, fino, flamenco, valiente, poderoso y por derecho.
Esta fotografía coresponde a la gente del Desprecio de Herodes, canón de como debe andar un Paso de frente.