jueves, 26 de febrero de 2009

Cuarenta días para la Gloria

Sí, solo cuarenta, cuarenta días, aunque a los muy locos, el tiempo que transcurra, nos parezca que faltan doscientos.

Aunque por el reloj, y por la fecha exacta de aparición de esta entrada falten treinta y nueve.

Ya llegó la tensa espera, todos y cada uno de los días que faltan para el tan ansiado Domingo de Ramos, son especiales, con un encanto especial, ya que tienes la mente puesta en nuestra Semana Mayor.

Los cuadrantes irán rellenando sus huecos, los nazarenos irán al armario, a ver y a palpar de nuevo su túnica, observando que todo está en orden en ella.
Volveré a sentir el tacto de mi costal, a sentirlo entre mis manos y mis dedos; un regalo muy especial de mi novia, que solo ella y yo sabemos cuantos sentimientos, cuantas ilusiones, cuanto amor y cuantas promesas hay guardadas en él, cuando apriete la trabajadera mi cerviz, y su tela esté en contacto con mi cuello y mi cuerpo, allí debajo también estará empujando ella, dándome todo su amor; al igual que toda mi gente, y los que me conocen saben quienes son.

Volveré a sentir el tacto de la faja de mi padre, y su fuerza en mis riñones, allí también estará él, además de verdad, ya que somos compañeros debajo de nuestra Virgen, y me volverá a dar todo el reaño de mi gente, para que apriete los dientes, y sufra como lo ví, veo y veré, y me enséñó, y solo mi gente sabe sufrir, "bendita sangre, la que corre por nuestras venas".
Aunque el verdadero importante es el Titular por el cual estás ahí debajo, nunca dejas de olvidar a tu gente más cercana, estará tanta gente, y se sufrirá por tanta gente, que sólo el Costalero lo sabe bien.

Mi abuela verá desde un balcón del cielo, como pasan con su Virgen otro año más, por la calle que los vió nacer, a sus hijos, a su nieto y a ella misma, calle costalera donde las haya, que no podía ser otra que Soto Mancera.

"Mi hermano chiquitito", mi cuñado, aunque el año pasado se estrenó como Costalero en el Señor Resucitado, y conmigo de negro, este año va conmigo debajo del Descendiemiento, no vas a disfrutar tu nada, y a sentir tela, juntos rezaremos por tu abuela, tu madre y tu hermana, aunque ya lo hacía yo antes, dos tienen más fuerza que uno, para que las ayuden y guien en su vida, y te ayude en tu primer año.

Se empezarán a correr las voces: niño, hoy hay ensayo en San Roque, ¿vamos a verlo?
Compadre que pasado mañana hay concierto de bandas, y el pronto el pregón..., y dentro de cuatro días, procesión de San José, y al Patrón no se le puede fallar.

Así, infinidad de cosas más, y por supuesto si Ellos quieren, que volveré a ser Costalero de Dios y su Madre, que en mi boca cobra el nombre de Soledad, además de volver otro año al lado de mis Gladiadores de Santa Ana, y mi gente humilde, pero rica y muy grande en corazón del Resucitado.

Que las vísperas de la Cuarema se nos hagan cortas, además de saboreadlas al máximo, para que muy pronto estemos en la Gloria de un nuevo Domingo de Ramos.

martes, 10 de febrero de 2009

Dolores de tu barrio


Su nombre, María Santísima de los Dolores. Es una talla anónima del S.XVII.
Sus andas son de metal plateado y repujado por el orfebre sevillano Manuel de los Ríos. Manto de terciopelo color crema bordado en oro por las Monjas Trinitarias de nuestra ciudad en 1960. Posee una espléndida corona de plata, obra de los talleres de Álvarez Buiza.
En su Estación de Penitencia lleva un palio de los denominado "de cajón", realizado en terciopelo negro y bordado en oro por el artista y bordador pacense Juan Manuel Expósito Álvarez. Los varales son plateados, restaurados por orfebrería Ramos, de la ciudad mariana de Sevilla.
En la gloria del palio está representada una pintura de la Inmaculada, obra del mismo autor del palio, Juanma Expósito.
Al martillo: los Hermanos Caldito.
Fotografía: Luis Zacarías