
Esa Cruz de Guía abrirá las dos Estaciones de Penitencia de la Hermandad de la Soledad, es el preludio de lo que llega, pero para mí es mucho más.
Para mi abre la alegría de volver a ver al Señor de la Paciencia, y recordar esos años duros debajo de sus trabajaderas, cuando mi cara era la de un pequeño adolescente, con mil sueños, nervios e ilusiones por delante, además de crear una cuadrilla cojonuda, de gente muy joven, con Javi y mi padre de negro.
Volveré a ver a los Faraones del Ecce-Hommo, y a mi Virgen bajo palio, reluciente y preciosa.
Pero el Viernes Santo, abrirá las mismas puertas del Cielo para los Orejas, reencuentros con cosas pasadas, muchísimos sentimientos, y casi una vida debajo de Ella, la de mi padre, alegrías, tristezas por la gente que nos falta, lágrimas furtivas resbalarán por nuestras mejillas al pasar Soto Mancera, ilusiones renovadas, promesas cumplidas otro año más, y que nos dé mucha salud para seguir paseandola muchos años, sueños cumplidos..., pero sobre todo amor, mucho amor y mucho sufrimiento. Por que a Ella el Viernes hay que sufrirla, sentirla y morir debajo, porqué debajo de Ella, va más de la mitad de nuestras vidas, y no entendería mi vida de Costalero sin estar debajo de mi Sole los Viernes Santos.
Fotografía: Alamares