jueves, 18 de febrero de 2010

miércoles, 17 de febrero de 2010

Cuarenta días para la Gloria

Sí, cuarenta; cuarenta día para ver sentir y vivir el gozo de una mañana de Domingo de Ramos. Ver de nuevo la ilusión en la cara de los chiquillos, estrenando otra primavera más, una palma, que será más limpia y reluciente en las benditas manos de su inocencia.
Cuarenta días para continuar con la tradición de nuestros padres, de estrenar algo, por que "Domingo de Ramos, quien no estrena...".
Cuarenta días para besar allí en San Lorenzo, las Santas Manos del que todo lo puede, y así tenerlo más cerca, aunque solo sea una vez al año, y en esos segundos que transcurren desde que subes, lo miras cara a cara, parece que se paraliza el tiempo. Cuanto dicen nuestras miradas Señor, allí podría estar una eternidad escuchando tu respiración, que momento...
Cuarenta días para que nuestra cara, aunque sea la de un anciano desgastado por el paso y peso de los años, vuelva a ser la de ese niño que iba a ver Cofradías de la mano de sus padres.
Cuarenta días para tocar la Gloria, gloria que tanto tarda en llegar, y que se nos vá de las manos en un suspiro, y que practicamente sin darnos cuenta estaremos recordando en nuestra memoria esa Estación de Penitencia en la tarde del Domingo de Ramos.
Cuarenta días para tener la mirada fija en la Plaza de San Andrés, y ver a ese majestuoso "barco" pasearse por las calle mas angostas de su Casco Antiguo, en chicotás imposibles y de ensueño, ¿ verdad Chino, Juanma?
Cuarenta días para ver estrenarse al Señor de la Sentencia por las calles de Badajoz.
Cuarenta días para cumplir con mi promesa, la que te hice siendo un chiquillo, la de ser tu Costalero, en esa oscuridad bajo los faldones. Por que por Tí Soledad, nació en mí, al igual que en la de los míos, nuestra sangre Costalera.
Cuarenta días papá, cuarenta, para que llegue el Viernes más deseado del año. Soto Mancera y Ella nos esperan.
Ahora a disfrutar de estos cuarenta días que nos separan de la gloria; a disfrutar de sus olores, sabores, sueños... Por que de nuevo nos toca esperar, pero hay que saber esperar, por que cuendo estos días toquen su fín, llegará el tiempo de lo eterno.
El sueño se hará realidad otra primavera más, y la Luna de Parasceve brillará más que nunca en lo alto, para ser testigo mudo junto con los hombres, de lo que ocurrió hace algo más de 2ooo años.

jueves, 11 de febrero de 2010