lunes, 1 de septiembre de 2008

La cara del Señor


1 comentario:

Anónimo dijo...

Que cara...lo dice todo,verdad?sinceramente no se ni que escribir,me ha emocionado tantas veces esa cara,esa mirada, ese talón por los que tantas bocas han pasado a besarte y para que los ayudras a superar sus mas y sus menos,tu los sabes bien verdad? cuando tantos domingos de tantos meses hemos ido a pedir por la salud de nuestras abuelas,y tantas cosas mas,,y luego juntabamos nuestras manos y se la pasabamos por ese talon bendito del que todo lo puede,y nos ayuda a ir tirando dia a dia, aunque a veces pensamos que nos falla cuando nos sentimos impotentes,o defraudados por tantas cosas..una de ellas cuando subio a tu abuela al cielo despues de tanto mirarlo y tanto pedir que te la quedara un poquito mas,pero luego lo piensas bien y no nos defrauda simplemente mira por que las persona nos sufran y nos hecha un cable en lo que puede,,,bueno voy a dejar de escribir por que me quedaria horas aqui pero el deber me llama tengo a mi abuela sola..te dejo unas palabras aqui escritas que se que te gustan..
Qué ilusos fuimos, Señor, queriendo usar criterios científicos para curarte. Si Tu Rostro lo han formando cuatro siglos de sufrimiento de una ciudad que se ha hecho a ti como el hierro a la fragua. Tú llevas Sevilla en la Mirada vidriosa, en la sierpe que se te enrosca y se Te clava, en el mechón que Te resbala por la Mejilla, en la espina que traspasa Tu ceja, en la que Te hiere el lóbulo, en Tu boca jadeante, en las Manos que acarician la Cruz, en el paso al frente que llevas dando cuatro siglos en nombre de todos nosotros. No es cierto, no fue el humo, ni el incienso, ni el frío de una noche al año, a Tu Rostro lo ennegrecieron las epidemias del XVII, las invasiones del XVIII, las revoluciones del XIX, la Guerra del XX; de tanto mirarte, los sevillanos te han gastado y de tus labios no ha salido ni una palabra de queja. Qué iluso fuimos, Señor, queriendo cambiarte la Cruz por una menos pesada, porque Te hacía daño. Si tu Cruz está hecha del dolor de los hospitales, de las ausencias de la carretera, de las jeringuillas de heroína, de la violencia de los hogares, de las soledades del final de la vida, de las chabolas que siguen existiendo, de los que buscan la tierra prometida y encuentran la tumba en el mar, de las vidas que se truncan antes de nacer. Qué ilusos son los que esperan que hoy hable de la experiencia de haberte curado, ,,,. En Tus Manos El Poder y la Gloria, en las nuestras salir a tu encuentro. El que crea en Ti, que tome su Cruz y Te siga.
Qe tu madre bendita soledad y el señor del gran poder te guien,tk