domingo, 31 de enero de 2010

Tu Silenciosa Ausencia

Tres meses de tu silenciosa ausencia, tres meses que no estás entre tu pueblo, tres meses huérfanos de Tí, tres meses sin estar en tu Plazuela, tres meses sin encontrarte en tu Ermita ni en tu Camarín.

Muchos somos los que nos acercamos a las rejas acristaladas de tu puerta, pero allí no estás Tú. Aunque la hermandad haya puesto en tu camarín un cuadro con tu sileta, que parece hasta real, pero carece de cuerpo, alma y corazón.

Desde que te fuiste, la ciudad no es la misma, se nota en la cara y en el ambiente de tu gente; y según nos acercamos a la Plazuela, mas perceptible es. El latir de tus calles ya no es el mismo; pero aunque no estés en cuerpo, todos sabemos que estás con nosotros en alma y corazón, echándonos ese "capote" diario, que nadie mejor que Tú, sabe como salir al quite de nuestros problemas.

Por que tu bendito nombre, y el de la ciudad, van unidos de la mano desde que llegaste de tierras lejanas.
Y te llamaron Soledad, que nombre más badajocense, no podría haber otro nombre para Tí, Soledad. Tú que nos amparas y proteges. Pero aún así : Soledad, Tú nunca estás sola.

Pese a mi juventud, ya he pasado por el trance de que no estuvieras entre nosotros dos veces.
Ansío, y no sabes como, el día de tu llegada.

Sole, aquí tienes a tus hijos impacientes esperando poder verte pronto.
Sole que se nos haga corta la espera, por que no aguanto más sin verte, y mirarte de nuevo a la cara y decirte tantas cosas...

1 comentario:

Luis Manuel Leal Villares dijo...

Paciencia Hermano que ya queda poco para tenerla entre nosotros.Espero y deseo que se le reciba como ella merece,como nuestra Madre que es.