viernes, 7 de agosto de 2009

El anuncio de la luz del gozo
















La ciudad entera, con su luz, lo viene anunciando. Todos somos antiguos y fervorosos hermanos de luz: de la luz del gozo. Apresuraos, sevillanos, vivid cada instante. Carpe diem: que ya empieza la nostalgia. Esa historia que siempre es igual, pero que nunca la misma. ¿Todo pasa y todo llega? ¿O todo llega porque nunca pasa en nuestro recuerdo? Preparaos para estrenar las manos que toquen el gozo de la luz y la luz del gozo. "El Domingo de Ramos, el que no estrena..."

Sevilla estrena hoy el aire,
la luz, el sol, la mañana,
el viento, llamas de cera,
capirotes y sandalias,
y cinturones de esparto,
y colores las muchachas,
que si Sevilla no estrena,
no tiene manos su alma.
Y llegas a San Lorenzo
y hay una cola muy larga,
que la mira un cardenal
desde un retablo, y aguardas.
Y te fijas en la gente
que va saliendo; sus caras
son tan serias que te dicen
que allí dentro es que algo pasa:
al Señor en besamanos
lo han visto de cara a cara.
Y ya lo ves a lo lejos,
Señor de manos atadas.
La gente besa sus manos,
de oro un cordón las amarra:
manos que mueven el mundo,
manos que templan y paran
el dolor, los grandes males,
apuros y malas rachas,
las mentiras que se quedan
y las verdades que pasan.
Te fijas que las mujeres
al Señor van y le hablan.
El está allí, tan humano,
que hasta parece escucharlas,
que está de pie aquí en Sevilla,
sus dos pies ¡qué bien los planta!
Y una madre le decía,
aún escuchas sus palabras:
"Muchos años, Hijo mío,
tus manos quiero besarlas."
Que venga la Teología
y rompa aquí la baraja,
que las madres llaman Hijo
al Padre del sol y el agua.
Viendo al Señor se diría
que este Señor tiene alma,
del modo con que lo miran
esas madres sevillanas;
del modo con que un hermano,
silencio hasta en la mirada,
le va limpiando esas manos
con una telita blanca.
Son manos que han trabajado,
son manos dignificadas
por el dolor de la vida,
manos de muelle o de fábrica,
de tejar, manos del campo,
del Polígono o Triana,
manos que tanto Poder
tienen por la Madrugada
que pasan por el Postigo
y el amanecer levantan.
Y es que Dios, por primavera,
cada año viene a esta plaza
para enseñarle sus manos
a aquel que quiera besarlas
y ver que Dios tiene manos,
tiene unas manos humanas...
Y es porque Sevilla estrena,
para Él, Semana Santa.



Texto: extraido del Pregón de la Semana Santa de Sevilla 2008, pronunciado por D. Antonio Burgos.
Fotografías: Juan Ma

2 comentarios:

alamares dijo...

Bien Juanfran bien te veo con ganas de ir poniendo entradas nuevas y eso me alegra pues se te echaba de menos

Isabel Oliveira dijo...

" El que todo lo puede ", tu niña tiene que estar de enhorabuena, con las veces que te lo había pedido ... ¡ El, que todo lo puede, os ayudará a los dos a conseguir todo lo que quereis y por lo que luchais ,y yo rezaré por ello, ya sabeis que para mí sois mis dos niños.