
Por que en cada Misa cada vez que nos santiguamos, o al pasar por su Casa, allí está nuestro Cristo.
Y hay gente que sufre, y le mira a la cara y le pide; y hay gente que le reza; y hay gente que lo acompaña; y gente que llora al verlo pasar, y nosotros somos sus Costaleros, y tenemos que estar orgullosos de eso SIEMPRE, SIEMPRE, SIEMPRE.
A mis compañeros de trabajaderas del Descendimiento.
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